Letalidad con clase
- Omar Castillo
- 12 jul 2020
- 2 Min. de lectura
¿Te imaginas perder a tu pareja de vida y que lo único que te quede como recuerdo sean un cachorrito que fue asesinado y un auto que fue robado?, las cosas que tratan de regreso a esa persona a tu mente ya no están. Sólo puedes recuperar el auto y para esto debes volver a hacer una de las cosas que quisiste dejar para vivir una vida tranquila: matar.
Con esta premisa es como inicia una de las mejores trilogías que hay en el cine hasta ahora, una venganza que debe hacerse efectiva y lo todo lo que te puede suceder por meterte con el baba yaga.

El lazo de cada entrega se va hilando de manera correcta, terminando la primera parte con John Wick cobrando venganza por lo que le hicieron y por quitarle lo que le hacía recordar su humanidad y compasión por el resto del mundo.
Desafortunadamente, nuestro protagonista no puede estar tranquilo ni un solo momento, ya que inmediatamente comenzando el segundo capitulo, a Wick le destruyen la casa en la que vivía con su mujer, ya que para librarse de la mafia tuvo que hacer un acto imposible y juró a una persona que nunca volvería a matar
Santino D’Antonio, la persona con la que John hizo el pacto de sangre, le tiende una trampa a Wick y hace que lo inculpen por el asesinato de la hermana del antagonista, provocando que sea buscado por la mafia italiana.

Tras acabar con todos ellos, Santino se oculta en el Hotel Continental, donde le dice a su captor que nunca saldrá de ahí, ya que en ese hotel está estrictamente prohibido matar. A John no le importa eso y le hace un agujero en la cabeza, causando que sea excomulgado, lo que hace que Jonathan sea buscado por todos los asesinos del mundo.
El tercer episodio lleva todo esto a un nivel más alto, con los asesinos del mundo buscando la cabeza del baba yaga.
Nos muestran el lado humano del sicario al proteger al perro que rescató en la segunda entrega, pagando un taxi para que el chofer lo lleve al hotel continental.
En Casablanca, John se encuentra con Sofía, una ex-amiga y gerente del Hotel Continental de Casablanca. Presenta su medallón y le pide a Sofía que lo honre dirigiéndolo a Elder, para que pueda pedir que se renuncie a su recompensa. A cambio de esta información, Berrada pide uno de los perros de Sofía; cuando Sofía se niega, le dispara al perro.

John vaga hasta que se derrumba por agotamiento, pero es encontrado por los hombres del anciano. Elder se compromete a perdonar a John, pero solo si asesina a Winston y continúa trabajando para la Mesa Alta hasta su muerte. Para mostrar su compromiso, John corta su dedo anular y le da su anillo de bodas a Elder.
Winston se niega a renunciar a su oficina, y John se niega a matar a Winston. Como consecuencia, es “desconsagrado” el Hotel Continental de Nueva York, revocando su estado de protección neutral.
El Adjudicador negocia una reunión con Winston, quien explica la rebelión como una “demostración de fuerza” y ofrece penitencia a la Mesa Alta. John llega, y cuando el Adjudicador lo identifica como una amenaza para la negociación, Winston le dispara a John repetidamente, este cae y es rescatado para derrocar a la Mesa Alta.
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